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La lactancia también es buena para mí

Tener leche siempre disponible para mi bebé, perder los kilos ganados por el embarazo sin necesidad de dietas, experimentar su efecto antidepresivo... Decidido: ¡voy a dar el pecho!

 

Es cierto, dar el pecho al bebé requiere una gran disponibilidad, por lo menos durante las primeras semanas. Si optas por la lactancia materna, debes saber que tu decisión será doblemente beneficiosa, ya que aporta ventajas para la salud y el estado de ánimo. Y no hablemos de lo práctica que resulta este tipo de alimentación: ¡siempre disponible, gratuita y a la temperatura ideal!

Ventajas fisiológicas

- La oxitocina, una de las hormonas liberadas durante la lactancia, provoca contracciones en el útero. Más o menos dolorosas los dos o tres primeros días, esas contracciones permiten que el útero recupere más rápidamente el tamaño, la forma y la tonicidad previos al embarazo. Además, esa hormona reduce las pérdidas de sangre y, en consecuencia, el riesgo de hemorragia posparto. También favorece una mejor remineralización ósea, con lo que disminuirá el riesgo de osteoporosis tras la menopausia. Varios estudios científicos indican que la lactancia materna en el mediano plazo (entre seis y doce meses) ayuda a reducir el riesgo de cánceres de mama, ovario y útero.
- Otra ventaja nada desdeñable es que dar el pecho no solo elimina las "reservas" acumuladas a lo largo de los nueve meses de embarazo, sino que, además, aumenta el consumo de energía. De esa manera, si se mantiene una alimentación equilibrada y se evita comer entre comidas, la lactancia permite perder peso rápidamente sin someterse a dietas.


Ayuda a levantar el ánimo

- El trastorno hormonal del embarazo, el parto, las nuevas responsabilidades como madre y la fatiga pueden abrumarte y desanimarte. A este estado también se le conoce como depresión posparto. Si eres víctima de ese tipo de depresión, la lactancia materna puede ayudarte a superarla, ya que entre sus muchos beneficios están la sensación de descanso y relajación provocadas por la oxitocina.
- Finalmente, dando el pecho te harás la vida más fácil.


¿Debo volver a usar métodos anticonceptivos?

La lactancia materna, si es exclusiva y frecuente, suele proteger a las mujeres de un nuevo embarazo. Dicha protección es superior al 98%, lo que equivale al uso de píldoras o al DIU (dispositivo intrauterino). Las cuatro condiciones que deben respetarse para lograr ese efecto anticonceptivo son:

Lactancia materna exclusiva, es decir, sin ningún otro tipo de alimentación para el bebé
- Que la madre no haya vuelto a menstruar
- Que no pasen seis horas entre toma y toma
- Dar diariamente al menos seis tomas largas o diez tomas cortas
- Cuando se deja la lactancia materna se facilita el regreso de la menstruación. Sin embargo, las mujeres pueden ovular (y, por lo tanto, quedar embarazadas) sin tener sangrados. Para evitar un embarazo no deseado, consulta con tu ginecólogo, él te podría recetar una píldora de progesterona compatible con la lactancia.

Importante: los preservativos, los espermicidas o los diafragmas pueden utilizarse durante los meses posteriores al embarazo. Tu ginecólogo puede ponerte un DIU un mes después del parto.